Un viaje psicodélico a través de la moda
Desde la necesidad misma de encontrar ese escape, esa válvula que nos saque de donde estamos siempre y que algunas veces queremos huir y gracias a lo que hemos desarrollado durante este tiempo, la naturaleza misma nos dio la indicación del camino que debíamos elegir.
Es así, como desde las profundidades de este lugar, en las profundidades de un bosque ancestral, donde la luz se filtra a través de hojas de diferentes tamaños, verdes, marrones y rojizas, nos encontramos con este jardín hermoso, cautivador, un jardín que nos llena de respuestas, que resuelve mientras entramos en un estado de tranquilidad y solemnidad absoluta.
Este, llamado por nuestro mismo encanto, el Jardín de los Dioses, un lugar donde la realidad se diluye y las añoranzas aparecen para vivir la plenitud.
Y desde ese mismo encanto es como aquella criatura mística, de quien ya han sabido ustedes nos representa perfectamente: el mono dopado. Un primate que encontró el estado de conciencia superior, al encontrarse con el cosmos y de comprender tantos paradigmas que nos entrega el universo, desde las vivencias mismas de cada uno como individuo.
Una conciencia expandida para llegar a la plenitud, no es “doparse”, es encontrar respuestas a una realidad que a unos agobia y otros que simplemente se someten a vivirla, pero sin recibir esas respuestas. Es abrirle las puertas a ese nuevo universo, al paraíso al que desde el arte queremos llevarlos. Gracias a los colores vibrantes y los patrones psicodélicos que evocan las visiones luminosas experimentadas bajo la influencia de los hongos sagrados. Así como lo decía el mismo Terence Mckenna: “La droga adecuada, en la dosis adecuada, en el momento adecuado, puede resolver cualquier problema”.
Las texturas suaves y fluidas invitan a ir más allá de los límites de la percepción, mientras que los detalles intrincados revelan la complejidad y belleza de la naturaleza. Ahora, ¿Qué tan hermoso puede ser para ti? Todo depende de cada quien.
Llegó la hora para que logres trascender lo ordinario y conectar con ese yo interior, ese ser “malpensante” que lo único que quiere es sacarte de ese lugar común.
Por eso McKenna es importante para nosotros, porque lo que aparentemente puede verse como una involución, hace que te permita percibir desde la esencia de los orígenes, somos o queremos ser Monos Dopados, ahora, ¿Cuántos tienen la oportunidad de lograrlo y entenderlo?
Según los cuentos, se dice que sólo aquellos que son “espiritualmente dignos” pueden entrar en este reino, un reino caracterizado por la pureza natural, una tierra pura en el reino humano, un respiro, un escape y a menos que uno tenga el mérito y la asociación kármica real, uno no puede realmente llegar allí.
Ahora, el camino hay que recorrerlo, Fou quiere que comiences a hacerlo
El Jardín de los Dioses continúa alimentando el éxtasis con que se asocia la vida. Allí, sus enigmáticos inmortales contemplan la salida del Sol y todo lo que genera su aparición, viven sus vidas dentro de otra “normalidad”, desconocen el paso del tiempo y se adentran en un estado de pura felicidad cultivando eternamente los dones del espíritu. Solo transmite el misterio de su visión remota y sus poderes sobrehumanos a los privilegiados quienes, en su viaje interior, han abierto las puertas de la percepción para ver todo tal como es, infinito.
Abrir las puertas de la percepción es tener merecerlo, ahora, ¿tú ya las abriste?
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